Arte entre fogones es un libro misterioso, raro, singular. No es un objeto de arte, aunque tenga vocación de producto exquisito, ni un ensayo culinario, aunque se cuenten en él experiencias gastronómicas de distintos viajeros. Aquí, oiga, nada es lo que parece. Es una obra mestiza y camaleónica que por la mañana es terrenal y por la noche se torna sublime.
Arte entre fogones es un libro coral, de siete autores, de siete padres, cuyos nombres citaré sin orden ni concierto: Pepe Monteserín, Ricardo Menéndez Salmón, Marta Reyero, Eugenia Rico, Antonio Gamoneda, Jana Smidakova y el subalterno que les guía, el chófer José Manuel Vilabella, al servicio de las damas y caballeros que quieran adentrarse en el laberinto.