El detective privado Ben García fue anteriormente policía, pero tuvo que dejar el cuerpo para no dar tantas arcadas en el baño, en ciertos momentos de servicio. Acaba de resolver una investigación en Madrid y se encuentra a la espera de un nuevo cliente. Su chica, Inda, es premiada en un sorteo de El Corte Inglés con unas vacaciones en Marbella y aprovechan el momento para disfrutar del premio.
En la bella ciudad malagueña, aparte de disfrutar de su clima, playas y de los espetos de sardinas en los chiringuitos, se ve involucrado en una balacera. Aunque Ben esté de vacaciones, no puede evitar investigar por su cuenta el asesinato que se comete en su presencia.
Conocerá a policías, bordes y simpáticos, incluso al capo de la Mafia Rusa de Marbella que le invitará a su mansión y que, paradójicamente, le prestará ayuda para resolver el caso, que se solucionará en las últimas líneas de la novela.
Ben García visitará Ronda, el casco antiguo de Marbella con sus restaurantes, marisquerías y anticuarios y al mismo tiempo que mantiene la investigación, se adentra en temas sociológicos, políticos, filosóficos, con su estilo cáustico, irónico y mordaz.