El sevillano Antonio de Ulloa ingresó como guardia marina en 1733. Dos
años más tarde entró a formar parte en la primera gran expedición científica
registrada en la historia: la Misión Geodésica, organizada por la Academia
Francesa de Ciencias, que tenía como objetivo la medición de un arco de
meridiano terrestre.
Durante la expedición descubrió el platino y sus propiedades, siendo el
primero en darlo a conocer en Europa. Además dio los primeros pasos en el
conocimiento de la electricidad y el magnetismo artificial, facilitó las
primeras noticias sobre el árbol de la canela y el caucho, perfeccionó la
imprenta, el arte de grabar el cobre y la piedra y la relojería. En reconocimiento
a su trayectoria recibió muchos honores y ocupó numerosos cargos.