Tu Romeo te está esperando allí. No puedes faltar.
¡Al próximo que me lo nombre le parto la cara!
No es nada fácil ser Romeo y Julieta. Una y otra vez, la historia los ha unido, y una y otra vez, todo ha terminado en tragedia. Es así como los protagonistas de esta historia son objeto del juego caprichoso de dos dioses: Casualidad y Destino. Dos vidas sentenciadas a una vorágine de encuentros y desencuentros, ilusiones y fracasos, corazonadas y miedos, que conformará una historia llena de momentos inolvidables.
Esta reescritura de la historia de amor más universal de todos los tiempos llega a nosotros convertida en una novela sorprendente, divertida y muy inteligente, a medio camino entre La mecánica del corazón y Los amantes del círculo polar.
Notas de la editorial
Se trata de una novela contemporánea con tintes fantásticos orientada a un público joven adulto. Una reinvención de la historia clásica ambientada en España, que abarca desde los años 80 (la infancia de los protagonistas) a la actualidad. Sin saberlo, los dos amantes son víctimas de una partida que enfrenta a dos dioses, el Destino y la Casualidad. Las jugadas de los dioses se suceden a lo largo de veinte años, provocando múltiples acercamientos y desencuentros entre los dos jóvenes.
La obra tiene un estilo fresco, ingenioso y naif, que hacen que la lectura sea muy agradable y apta para cualquier edad. El autor, Nacho Bravo, es actor y se ha formado como escritor en los talleres de Casa Tomada de Sevilla, al igual que Silvia Hidalgo (Dejarse flequillo).
Nacho Bravo
Nacho Bravo nació en Córdoba en 1973 y actualmente vive en Sevilla.
En la escuela, cuando los profesores le preguntaban qué quería ser de mayor, siempre respondía que cantante, pero en esa época una cosa eran los sueños y otra la realidad. Así que estudió arquitectura y ejerció hasta que un buen día decidió perseguir sus sueños. Estudió arte dramático y ahora trabaja como actor.
Otro sueño que por fin se cumple, desde que a los catorce ganase un concurso con su primer relato, es esta novela.
Y no descarta cumplir muchos más, o al menos intentarlo, ya que está convencido de que aún le quedan muchas vidas que soñar.