No es una historia más de superación personal. Muestra la odisea
de Nsungu, un niño congoleño que, tras quedarse huérfano en
una de las zonas más depauperadas de la República Democrática
del Congo, inició un camino que le llevó por once paísesafricanos
persiguiendo un sueño: educarse. La vida de Nsungu, Elvis, o del
nombre que mejor se adaptó a cada punto deltrayecto, es sinónimo
de resiliencia, perseverancia yempeño.
Este es el relato en primera persona de un jovenafricano que solo
quería estudiar. Una historia que laperiodista Carla Fibla escuchó
y escribió para la revistaMundo Negro, y que formó parte de un
reportaje querecibió el II Premio Saliou Traoré de periodismo en
españolsobre África, entregado cada año por la Agencia EFE y
CasaÁfrica.