Estamos a principios de la primavera de 2016 en el castillo de Windsor, donde Isabel II ultima los preparativos de las celebraciones de su nonagésimo aniversario mientras saborea una matutina taza de té. Pero el ambiente festivo se trunca de pronto cuando uno de sus invitados es hallado muerto en uno de los dormitorios de la residencia.Todo parece indicar que el joven pianista ruso se ha ahorcado, pero un nudo mal hecho lleva al MI5 a sospechar que hay gato encerrado. La reina deja la investigación en manos de los profesionales, hasta que las pesquisas apuntan hacia sus fieles sirvientes y decide tomar cartas en el asunto.