El lector tiene en sus manos un juego que se cumple en la profusión de la belleza femenina. Carlos Ranc (inútil preguntarnos cual es su ranking ) y Minimalia han decidido combatir la infinita fealdad del mundo que nos rodea con esta colección de separadores. El arma es sutil y su mayor fuerza es la sorpresa: no podemos predecir en qué página de qué novela alemana, de qué libro de desesperados poemas o de qué manual de química orgánica, o al reverso de que número telefónico apuntado en apuros, hemos de vislumbrar, súbitamente, el perfil de uos senos, la curva de unas peirnas, el pelaje se un sexo que nos devuelvan las ganas de vivir. Y es que quizá la novela alemana, el libro de versos desesperados, el manual de química orgánica o el teléfono de un dentista que nos ha recomendado, no cumplan con el mismo cometido. Las ganas de vivir, la idea de que es mejor estar vivos: creo que esa es la verdadera función del erotismo. El lector tiene en sus manos muchas variaciones de una misma promesa de felicidad, porque estos vislumbres de mujer no son otra cosa. ¿Hay algo mejor para aferrarse a la vida que la visión de