La ruptura con la infancia, la cultura y las parejas deja una realidad inasible a su paso. El
mundo se convierte en un lugar ajeno que toca volver a crear para poder habitarlo, para
formar parte de él. Enfrentarse a ese mundo es desnudarlo y pincharlo para saber dónde y
cómo duele, cómo ama o deja de amar.
En Patios interiores la casa se vuelve una presencia espectral, el amor, una carga repelente
e insufrible, y la niñez, una luz tenue volcada en el concreto y la carencia.
*La edición en papel cuenta con un nuevo diseño de portada, diecisiete ilustraciones a color por la artista peruana Chimuela, y un código QR que lleva a un videopoemario homónimo dirigido por el cineasta navarro David Serón.