Simenon
escribió esta novela en la primavera de 1934, y la publicó en la prestigiosa
editorial Gallimard dos años después. Fue un periodo especialmente interesante
de su producción literaria, pues, gracias a la inmensa popularidad conseguida
con la serie del comisario Maigret,
pudo dedicarse por fin con más desahogo e intensidad creativa a lo que él mismo
denominaba sus «novelas duras», entre las que Las señoritas de Concarneau
ocupa sin duda un lugar destacado.
Jules Guérec
es un rico patrón pesquero, dueño de una pequeña flotilla de barcos en
Concarneau, ciudad costera de Bretaña. Un día, al volante de su automóvil, mata
en un accidente al pequeño Joseph Papin. Jules huye del lugar del atropello, y
la muerte queda impune. No obstante, atormentado por los remordimientos, Jules se empeña en relacionarse con la
familia Papin, de escasísimos
recursos, y sobre todo con Marie, la
joven madre soltera de Joseph, de la
que además cree haberse enamorado. Apático y timorato, Jules Guérec se ha dejado dominar toda la vida por sus posesivas
hermanas, a quienes todos conocen como las
señoritas de Concarneau. Ahora sueña con casarse con Marie, y parece atisbar, al fin, un poco de felicidad y hasta de
amor en su vacía existencia. Pero Céline,
su hermana menor, la más celosa y la más opuesta a la mezcla de clases, decide
tomar cartas en el asunto...