«Secretos. Dudas. Miedos. Neveras vacías. Monstruos bajo la cama. Que Él diga yo_también/ los corazones hay que comérselos. Los crematorios. Quedarse con/en Las_afueras. En plena ebullición, cuando "parece un simulacro estar vivo", Cristian Alcaraz, con un tono sugerente, extremadamente sincero, lleno de frescura, permite que sean las hormonas y la edad las encargadas de jugar con el lenguaje y emprende un viaje ?de vacaciones, lejos de la costa? hacia el interior de sí mismo. La muerte, en forma de crematorios, y el amor, al que hay que llegar de la mano, aunque a veces se quede sin gasolina y los trayectos sean largos, son dos de las paradas de esta ruta turística construida a través de factores comunes. Y es que es un placer llegar y poder decir "bienvenidos a mi sistema operativo", para después quedarse» (Ana Castro).