Hay individuos destinados a emparejarse sólo con laáaventura. Sin importar que tan hondo anclen su navío,áestán marcados para recorrer el mundo llevados por laásupervivencia y sus circunstancias. Ésa es la historia deáGalvao, que desde joven se dio a la mar y fue forjando suáparticular moral con las astillas del choque y el diálogoáentre diversas culturas y formas de pensar. De continenteáen continente tejió con los años una red de recuerdos yáamores, sorteó tormentas contra las fuerzas másáprimitivas, las de afuera y las de dentro, y naufragóáen su conciencia.á