De niña, Montserrat del Amo jugaba al corro y a la comba, también con el patinete y la pelota. Al anochecer, llegaban los cuentos, los trabalenguas, las retahílas y las adivinanzas.
Montse creció, se quitó los lazos y se cortó las trenzas, y empezó a inventar cuentos y a escribir poemas.
Hasta ahora ha publicado muchos libros: más de cincuenta. Y, como escribir es interesante y divertido, aunque también difícil, sigue inventando y escribiendo.