Fruto de la política matrimonial de los Reyes Católicos y de los Habsburgo así como del azar, Carlos V, el césar de la cristiandad, heredó un vasto territorio que se fue ampliando sucesivamente hasta 1573 y que llegó a abarcar regiones en todo el mundo conocido. Para sostener este imperio sin precedentes históricos, era necesario crear un sistema naval que permitiera mantener unas comunicaciones fluidas y, sobre todo, una defensa adecuada frente a los enemigos. Ingleses, franceses y holandeses en el Atlántico, turcos y berberiscos en el Mediterráneo, iniciaron un regular ataque contra los intereses españoles tanto en las costas como en el mar.
El mayor mérito de Carlos V y de su hijo Felipe II fue la configuración de un perfecto y equilibrado entramado naval que permitió a España dominar el mundo durante un siglo y medio. El sistema de armadas blindó las costas del Imperio e infligió importantes derrotas, como la de Lepanto contra los turcos. Lógicamente hubo centenares de escaramuzas porque era imposible prever dónde y cuándo podían atacar los enemigos; pero, ni siquiera la derrota de la Armada Invencible en 1588, debido a un cúmulo de circunstancias desgraciadas frente a las costas inglesas, supuso el fin del dominio español de los mares, que se mantuvo hasta mediados del siglo XVII.
Esteban Mira Caballos aborda de forma rigurosa y amena el estudio del conjunto de flotas, armadas y galeones que configuró el poder imperial: su financiación, las naves más usadas, las tripulaciones y comandantes que las dirigían, los medios técnicos, las rutas más frecuentadas, la alimentación y la higiene a bordo, los enemigos a los que tuvieron que hacer frente... En definitiva, un completo recorrido por la primera potencia naval de los siglos XVI y XVII.
Acogida del libro
"De la mar océana y los barcos españoles que la surcaban en siglo tan importante como el XVI trata su último trabajo, publicado en la Esfera de los Libros. De esta etapa de la navegación sabe mucho este profesor de instituto enamorado de la Historia y celoso de mostrarla con un encomiable espíritu didáctico". F. Franco, El Faro de Vigo 20-III-2006.