En nuestra sociedad, el común de los individuos no se pregunta cuál es el sentido de su vida porque existe ya un sentido hacia el que se mueve la mayoría de las personas que componen la colectividad. Los modelos aprobados por la conciencia (o inconciencia) colectiva representan ideales de cómo y para que vivir, a los que todos quieren ajustarse. De esta manera, el sentido de vida, o una buena parte de él, en la mayoría de las personas no es un sentido que les venga de adentro de sí mismos, sino que es algo que les viene de afuera.
