Con muchísima originalidad, Daniel Galera entremezcla historias de películas con acontecimientos de baloncesto. Es importante lo que ocurre en las canchas de juego, pero también entran en escena otros apartados de la vida de jugadores, franquicias o entrenadores. El resultado es un libro insólito, una pequeña rareza que une dos ámbitos que no tienen a priori nada en común salvo competir por el favor del público como grandes espectáculos.