"Con 20 años y ante la angustia existencial propia de quien no sabe hacia dónde dirigir su vida, la protagonista de esta emocionante historia decide seguir el consejo de su madre y apuntarse a clases para aprender la ancestral tradición de la ceremonia del té. Poco a poco y a lo largo de 25 años, va profundizando en unas enseñanzas que trascienden más allá de la práctica y que le ofrecen importantes lecciones sobre la vida: aceptar la incertidumbre, concentrarse en el presente, disfrutar de cada momento, enfocarse en aquellas acciones con un valor genuino o conectar con la naturaleza y los sentidos.