La dulce y buena Carlota vive con sus padres en una siniestra casa. La pobrecita niña tiene que hacer todo lo que le ordenan sin rechistar: en casa, en el colegio, incluso con los amigos de papá y mamá. Menos mal que cuenta con su adorado gatito Miniatura. Él es el único que la comprende y que la acompaña en todas sus peripecias.
Unos libros que, mediante un constante juego irónico entre el texto y las ilustraciones, nos permiten ver el mundo a través de los ojos de su peculiar protagonista.