Precioso libro, hecho fecundo intercambio interdisciplinar, entre teología y arte, espiritualidad y belleza. Primero lo redactaron teólogos, luego lo embellecieron primorosos miniaturistas y escultores de primera fila. De ahí sus dos partes: Una presenta la Navidad desde una reflexión teológica en profundidad bíblica. (De hecho los llamados “Evangelios de la Infancia”, de Lucas y Mateo, nos brindan el acceso histórico y cristológico a la figura del Niño Dios). Y en la segunda, resplandece la Palabra a la luz de la bellísimas miniaturas con que los artistas creyentes se han inspirado e interpretado.