BERLÍN MIRAVETE, BLANCA / ROBLES RODRÍGUEZ, DANIEL
Centroamérica es un multidestino que abarca cinco países: México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. A los que se puede acceder de manera independiente o en alguno de los viajes organizados que ciertos mayoristas ofrecen para recorrer los lugares más representativos de la civilización maya.
Del total de los territorios ocupados por la civilización maya, algo más de la mitad se encuentra en México. Repartidos en cinco estados, un elemento común los une y los separa: la selva.
Guatemala reúne todo tipo de ecosistemas, montañosos y volcánicos en su mayoría. Sus características físicas y climáticas se combinan para producir un alto grado de biodiversidad, con 44 áreas protegidas que albergan una gran riqueza de fauna y flora.
Belice es la única nación del subcontinente mesoamericano conquistada y colonizada por ingleses, y también la más pequeña, con una superficie de 23.000 km2. A esta extensión hay que sumar más de 200 islotes, cayos y atolones, ya que bajo las aguas beliceñas se esconde el Gran Arrecife Maya, 340 km de coral que hacen de este lugar un destino único para los aficionados al buceo de todo el mundo.
Honduras no posee comunidades mayas puras, sino que está habitada por diferentes etnias dispersas a lo largo y ancho de todo su territorio: chorties, lencas, tolupanes, pech y tawahkas suman un 10 por ciento de su población, que alcanza los 6 millones de habitantes, un 88 por ciento de los cuales son ladinos o mestizos, y sólo un 2 por ciento, garífunas y misquitos caribeños.
La espina dorsal de El Salvador es la cordillera Apaneca-Ilamatepec, sobre la que se asientan 25 cráteres volcánicos extintos o en activo. Al tratarse de una región con una gran actividad sísmica, el país ha sufrido terremotos devastadores, como los dos últimos que, en 2001, dejaron el área gravemente dañada.