«Me sentí inmensamente agradecida de que, a pesar de la horripilante forma en que murió mi marido, lo hiciera con la ropa puesta». Anthony Wistern es más rico de lo que cualquiera podría imaginar. Lo tiene todo: una esposa despampanante, un puñado de hijos muy fotogénicos, un castillo francés, una mansión en Cotswold, una plétora de amantes, una inclinación a tomar atajos morales...Por desgracia para él, también está muerto. Ahora, con su fortuna como inminente herencia, todos los miembros de la familia caen bajo sospecha. Y es entonces cuando todo se viene abajo...