Nadie se dio cuenta de que los padres leen cuentos a los niños desde el  día en que los libros voladores surcaron el cielo y hubo una lluvia de  letras. Nadie sabía que las vacas de biblioteca pastan palabras en los  libros. Nadie sabía que los libros colocados en la estantería pasaban el  tiempo leyéndose unos a otros. Nadie sabía si una gata se enamoraba del  frigorífico por su atractivo aspecto o por su mundo interior (lleno de  leche, por cierto). Nadie sabía cómo era la vida en el reino del Lavabo  gobernado por el cruel Inodoro I. Nadie conocía a los peces  pescadores...
Hasta que leímos las Cosas que pasan cada día, donde el  premiado ilustrador y escritor Kestutis Kasparavicius retrata fielmente  la vida secreta de todos estos objetos cotidianos, sus sentimientos y  sus preocupaciones, en un diario que constituye una divertida y  fascinante lectura.