-Hoy no me sé la lección, profe -confesó meliflua, jugueteando con la puntera de su pie derecho como si estuviese apagando una colilla que a alguien se le hubiese quedado detrás. -Uy, uy, uy... Pues eso no puede ser, Samantita -repliqué dándole unas palmaditas en el trasero. -¿Y me va a castiga r? -No sé, no sé -apunté haciéndole una carantoña en los coloreteados mofletes-. A ver..., levántate la faldita. -Es que me da vergüenza -balbuceó con el índice de la mano derecha en la boca. -¿Por qué, tonta? No ves que soy tu profesor. -Ya, profe, pero es que hoy no llevo braguitas. Samanta, una joven curiosa e inquieta, desea ser escritora. Tiene facultades, pero desconoce la mayoría de las nociones básicas para lograr una prosa fluida. Don Juan, un autor de éxito entrado en los cuarenta, está dispuesto a enseñarle estas nociones, pero siempre y cuando ella le compense con ciertos favores. Juntos, empiezan a dar forma a Cristinita, la obra que regula sus intercambios y en la que ponen toda la carne en el asador. Cuando todo parecía discurrir por los cauces establecidos, a don Juan le sobreviene algo completamente inesperado...