El Diario de un perro es una crítica fabulada del hombre y su decadente civilización; una visión cariñosa, cáustica y naíf, a no más de dos palmos del suelo, del teatrillo humano.La presente edición, en la que se reproducen los dibujos que el pintor, grabador y xilógrafo Reinhold Hoberg (Berlín, 1859 - Zingst (Pomerania), 1932) hizo para la edición original, ha sido traducida, por primera vez del alemán, por Luis Andrés Bredlow y lleva una presentación a cargo de Julio Monteverde.[...] Parece que los hombres a menudo se sustraen unos a otros los órganos más valiosos para unirse a ellos. Así he visto hoy, con no poco asombro, cómo un enseñapiernas en medio de la calle le metió a otro la mano en el bolsillo del pantalón y sacó algo con lo que acto seguido salió corriendo. El afectado, tras llevar rápidamente la mano al punto en cuestión, se percató de lo sucedido y se puso a dar unos gritos terribles. Todo el mundo acudía corriendo, averiguaba, gesticulaba, torcía todos los miembros imaginables; dadas las notorias dificultades de comunicación de esa especie, pasó algún tiempo hasta que supieran qué pasaba. Entonces todos echaron a correr de repente en una misma dirección. El pobre hombre al que le habían metido la mano en el bolsillo del pantalón se quedó parado ahí, pálido y temblando. Por lo visto había perdido uno de los órganos más valiosos, sin el cual le era imposible seguir viviendo, acaso el corazón o el alma. [...]