Con los nombres de Doña Gracia Mendes, Beatriz de Luna Miques o Nasí, se conoce a una mujer excepcional, apodada también La Señora, considerada, en palabras de Cecil Roth, «una de las figuras prominentes de la historia judía, no solo de su tiempo el siglo XVI, sino de todos los tiempos». Mujer y criptojudía en un mundo eminentemente masculino, su enorme talla política, empresarial y humana le hizo sobresalir de tal manera que ya entre sus contemporáneos se la admiraba y veneraba por igual. Consiguió doña Gracia hacerse digna de respeto, algo por completo inusual en la época que le tocó vivir. Esta mujer fue capaz, además, de lo imposible: enfrentarse a la Santa Inquisición, al propio Pontífice de Roma cuando este condenó a los judíos conversos, creando una estructura perfectamente organizada para ayudar a huir a numerosos judíos secretos más de 25.000, la mayoría de España y Portugal. El mismo Roth afirmó respecto a esta proeza que «no hay nada similar en la historia hebrea y quizá en ninguna otra historia hasta nuestros propios días». Cecil Roth en este libro, consigue hacer un retrato colosal de esta mujer