«La cita de Louise Bourgeois con la que se abre este libro, y de cuyo último verso toma título, ofrece una de las claves esenciales en la poesía de Cristina Morano: la consciencia del ser como caída. Saberlo no transforma su poética en ontológica tragedia, sino en petición de misericordia ante la peste, piedad requerida para mirar al mundo. Búsqueda de la belleza como espacio protector ante el vértigo del descenso en el amor, en lo absurdo de la guerra, en la soledad, en la incomunicación» (Julia Otxoa).