SÁNCHEZ DE TOCA, JOSÉ MARÍA / MARTÍNEZ LAÍNEZ, FERNANDO
Fue el guerrero más noble, más generoso y más puro que haya pisado la tierra. Sus enemigos lo
honraron y alabaron con el sobrenombre de Grande, que muy pocos han merecido en la historia.
Nació y se crio entre soldados, y la primera vez que aparece en la historia peleaba espada en
mano para defender el honor y las vidas de unos judíos conversos. Quiso ser monje, pero el abad lo
rechazó porque no era ese su destino. Fue adalid de la frontera y capitán de lanzas en la guerra de
Granada. Mandaba y combatía a pie y a caballo, y siempre protegió a sus hombres. Escaló el primero
una muralla y estuvo peleando agarrado a una almena. Su buen hacer atrajo la atención de los
Reyes que después llevaron nombre de Católicos, que le brindaron su amistad y confianza.
El rey Fernando le dio el mando de un cuerpo expedicionario muy pequeño, el primero que salía
de España en muchos años, y con él expulsó a los franceses del reino de Nápoles. Vino una paz ficticia,
los franceses volvieron a invadir el rearme y Gonzalo volvió a echarlos.
Fue amigo de sus amigos, y de sus enemigos; fiel a sus hombres, fiel a sus hombres, a su esposa
y a sus reyes. Exhortó al Papa a que llevara una vida ordenada. Regaló un reino a su rey. Por lealtad
a su rey renunció a ser rey, y por no servir a otra bandera rehusó las ofertas de Génova, Venecia,
del Emperador y del Papa, que lo querían para mandar sus ejércitos. Fue un guerrero elfo y
un general excelente. Fue el Gran Capitán.