Según palabras del crítico literario José María Balcells María Luz Escuín es una de las voces poéticas más radicalmente originales del último tercio de siglo. Esa originalidad no solo deriva de su tan enrevesada como insólita perspectiva conceptual e imaginística, sino sobre todo de su vaciarse en el logro de una lengua rara a fuer de tan propia. Su característica literaria más genuina es su aparente atrabiliario empleo del lenguaje, forzando la cópula entre palabras nunca antes relacionadas, y en otra nueva vuelta de tuerca muestra un idiolecto irreductible a usos lingüísticos convencionales, y que en ocasiones se produce merced a mecanismos semejantes a los del conceptualismo barroco.