Esta es la turbadora tercera entrega de la serie detectivesca protagonizada por Martin Beck, serie iniciada
en los años sesenta e inspiradora de gran parte de la novela negra escrita a partir de entonces. Alguien se dedica a
asesinar niñas en los ya no tan pacíficos parques de Estocolmo: las asesina después de haber abusado de ellas. Los
ciudadanos están preocupados y temerosos. El inspector de policía Martin Beck tiene dos testigos: un insensible
maleante que no piensa hablar y un niño de tres años que no puede decir demasiado. El abnegado trabajo de la policía
parece no conducir a ninguna parte, y cada día que pasa, mayor es la probabilidad de que se produzca otro asesinato.
Pero entonces Beck recuerda a alguien -o recuerda algo- que conoció u oyó por casualidad.