Un muchacho nacido entre el hambre y la pobreza recorre los oscuros caminos de una España marcada por la miseria y la hipocresía. Lázaro, con astucia más que con fuerza, va de amo en amo -un ciego cruel, un clérigo mezquino, un escudero fantasioso-, descubriendo en cada uno de ellos el rostro oculto de una sociedad rota. Su mirada, irónica y despierta, desvela los vicios de su tiempo y forja, entre engaños y privaciones, un alma que aprende a sobrevivir en un mundo sin compasión. El Lazarillo de Tormes, de autoría anónima, inaugura con lucidez y crudeza el género picaresco en el siglo XVI, abriendo una herida en el idealismo de la literatura renacentista.