Quince años después de la Noche del Desastre, sólo quedan las ratas y la apuesta por la supervivencia (stop). La Enfermedad ha resultado peor que el mismísimo Diluvio bíblico (stop). Los vivos bastante tienen con conservar el pellejo (stop). En un instituto medio abandonado en mitad de una ciudad fantasma sobreviven Abel y Verona (stop). Eran unos críos cuando sucedió el Desastre (stop). Quince años después se han convertido en dos verdaderos hijos de puta (stop).
Advertencia: Si eres sensible o impresionable, deja que sean otros los que lean por ti esta novela.
El juego de la supervivencia los ha convertido en dos carniceros.