El síndrome de Nerón no es una historia totalmente imaginaria. Los hechos que se narran están ocurriendo en el tiempo presente en algunas de las naciones de nuestro planeta, con diversas formas de desarrollarse los acontecimientos, pero todas llegando a la misma conclusión: un dirigente, psíquicamente deteriorado que se resiste a dejar el poder, y una cohorte de subvencionados a su alrededor que aplauden su liderazgo, temerosos de que se acabe su sustanciosa forma de vivir. Por el contrario, siempre existen quienes de forma pacífica intentan desalojarlos y cambiar el rumbo del país sin temor a las consecuencias que puedan ser nefastas para su integridad física o familiar.