Los que hablan de Extremadura como si no fuese más que peladospáramos, desnudos de árboles, abrasados por los soles y los hielos,áridos y tristes, no han visto estas tierras sino al correr del tren y muy parcialmente. Donde por aquí se yergue una sierra, tened porseguro que en el seno de ella se esconden valles que superan enverdor, en frescor y en hermosura a los más celebrados del litoralcantábrico.