El 2 de noviembre de 2024, la vida de una mujer común cambió para siempre y lo que ella hizo a continuación cambió el mundo. Gisèle Pelicot conmocionó a millones de personas con su valentía y dignidad al renunciar a su derecho al anonimato en el juicio contra su marido y los cincuenta hombres acusados de agredirla sexualmente. Su proclama, que la vergüenza cambie de bando, ha visibilizado lo arraigada que sigue estando la violencia sexual en nuestras sociedades, así como el pacto de silencio que protege a sus perpetradores, y ha forjado un nuevo debate sobre el consentimiento en una de sus derivaciones más complejas, la sumisión química. Hoy, esta mujer de la que tanto se ha hablado, retoma el poder sobre su vida: «Quiero contar mi historia con mis propias palabras. Espero transmitir un mensaje de fortaleza y valentía a todos aquellos que se ven sometidos a terribles adversidades. Que nunca sientan vergüenza y que, con el tiempo, vuelvan a aprender a disfrutar de la vida y encuentren paz».