Parece estar establecido que los determinantes de la vida terrestre son de distinta índole en lo concerniente a su origen y evolución. Lo que cuenta con respecto al origen es que si se satisface un conjunto de condiciones químico físicas iniciales, la vida surge obligatoriamente. Es puro determinismo. Lo que cuenta con respecto a la evolución, de resultados imprevisibles, es la contingencia y el oportunismo de la selección natural. La historia de la vida en el planeta ha estado jalonada por una alternancia de éxitos y fracasos. Entre los primeros hay que resaltar la indestructibilidad de los procariotas, la eucariogénesis, la evolución de la multicelularidad, la explosión cámbrica y los desarrollos de las espermatofitas, los vertebrados y la civilización. Entre los segundos sobresalen las extinciones en masa postcámbricas. La tecnología humana ha adquirido una importancia geoquímica de consecuencias difícilmente previsibles.