Este libro no es un libro. Es una pista de baile llena de frenesí, de verdad, de sentimientos y de emociones.
La chica que baila sola en las fiestas somos todos en algún momento de nuestra vida, bailando solos, o rodeados de gente.
Es un trampantojo que tendrás que probar varias veces y que te invitará a hurgar detrás de sus versos para darte cuenta de que tú también formas parte de ellos.