Una novela que recupera los elementos más notables de la narrativa de Carlos Fuentes: la visión negativa de la política mexicana, la idea de retorno incesante de las situaciones, el poder corruptor y el uso de símbolos. En el año 2020, en un México sin telecomunicaciones, se desata la lucha por la presidencia, es decir, por sentarse en la Silla del Águila y no abandonarla nunca. Esta situación da pie a una trama de conspiraciones relatadas por ministros que se ven obligados a comunicarse por escrito. EnLa Silla del Águilano hay lealtad que valga: por conseguir el poder, el padre es capaz de traicionar al hijo, la esposa al cónyuge, el secretario de estado al primer mandatario. Y todo puede pasar: crímenes de viejos caciques, espionaje de supuestos allegados, maniobras tétricas, extorsión sexual... E incluso, que reaparezca en la escena política un fallido candidato presidencial al que todos creyeron asesinado años atrás. «No escribas nunca, Nicolás. Un político no debe dejar huella de sus indiscreciones, que eliminan la confianza, ni de su talento, que alimenta la envidia.»