Los deberes es la última obra filosófica de Cicerón. La escribió tras el asesinato de César, en el otoño
	del agitado año 44 a. C., cuando la inestabilidad política llenaba el futuro de incertidumbre. Con esta obra Cicerón
	quería proporcionar a su hijo y a todos los jóvenes aspirantes a cargos públicos de esa generación unos principios de
	conducta, tanto éticos como políticos. Para ello adopta la doctrina estoica, según el esquema de las virtudes de
	sabiduría, justicia, magnanimidad y corrección. Propone como principio orientador de la actuación la honorabilidad,
	tras la cual debe tenerse en cuenta la utilidad; ante un aparente conflicto entre ambos, cuando la perspectiva de
	obtener un gran provecho parece justificar acciones poco honorables, la respuesta decidida de Cicerón es que lo útil
	siempre coincide con lo honorable.