Moussa e Ibrahim se criaron con su familia en un campamento tuareg de los confines del desierto de Malí. Llegados a la edad adulta y convencidos de que la vida nómada no podía perdurar tal como era, decidieron, construyendo una escuela, ayudar a los niños de su comunidad a «entrar en su época», extraordinaria aventura que nos narran a dúo.
Los autores hacen que nos adentremos en las vidas de esos pequeños príncipes del desierto que abren los ojos a otra forma de vida y que luchan por progresar y, además, por perpetuar sus tradiciones. Al haber convivido con colegiales franceses, Moussa nos muestra las formas en que los niños del desierto y los alumnos occidentales se encuentran muy cerca unos de otros y, a un mismo tiempo, son muy diferentes. Dos culturas infantiles frente a frente y que tanto tienen que aprender una de otra?
Por muy modesta que sea, esta pequeña Escuela del Desierto para tuaregs nos obliga a respetarla; constituye la emocionante prueba de que la educación no es sino una puerta que se abre al mundo de mañana.