Nacido en un contexto totalmente rural, en una familia humilde del pueblo valenciano de Orihuela, Miguel Hernández se dedicó de niño a la cría de rebaños y ya de adolescente escribió sus primeros versos en ese mismo contexto rural. Su primer poemario, Perito en lunas (1936) y las posteriores obras de teatro, así como la publicación ese mismo 1936 de El rayo que no cesa, dieron fe de su talento literario y su particular estilo; hijo de la Generación del 27, pero con un prisma profundamente existencial, sus versos fueron amoldándose a las necesidades desgarradas del pueblo español. Combatiente en el Quinto Regimiento de la República, a partir de 1939 empezó su devaneo de cárcel en cárcel hasta su prematura muerte tres años más tarde, en el 1942. Su obra incluye títulos emblemáticos como El hombre acecha, Nanas de la cebolla y obras teatrales tales como El torero más valiente, El labrador de más aire o El pastor de la muerte. Celebramos ahora, al fin, en el año del centenario de su nacimiento, la edición de sus obras completas.