En este relato fascinante el autor parte de las preguntas que se hizo de niño cuando empezó a ser consciente de la existencia del mundo, «¿No es extraño que estemos vivos?, ¿Que el mundo exista?», y que le ayudaron a situar la Tierra en el Universo, con lo que todo ello implica, para plantearse cuestiones nuevas y urgentes relacionadas con el medio ambiente, la vida y la muerte.