Tiempo del sobrehombre erige una poderosa y original construcción conceptual que permite a Manuel Lizcano una reformulación radical de los principales aspectos de nuestra vida intelectual y colectiva. Para ello se articula en torno a tres ejes: la comunalidad, el hispanismo y la categoría de ?lo ab-soluto?. Las formas de vida comunales, o Mancomún, son las señas de identidad que vertebran la historia de los pueblos ibéricos, tanto los peninsulares como los que resultan de su hibridación con las comunalidades indígenas de América. De ahí arrancaría una modernidad alternativa a la modernidad burguesa (la cual, al resultar dominante, se impuso como ?la modernidad? a secas), que tiene en los nombres de Ibn Jaldún, Gracián, Juan de la Cruz, Unamuno o Machado algunos de sus hitos más eminentes. La categoría de lo ab-soluto, o suelto-de-todo, alumbra las figuras del an-arjos y del u-topos, paradigmas ?personal y comunal, respectivamente- de ese soltarse de las leyes y determinaciones. Pero poder pensar tales figuras exige desbordar el logos desde un nous que lo comprenda como caso particular. De ahí que esta obra no proponga una nueva filosofía o sociología, sino una noología, una noología de la sobrehumanación que despliega toda su capacidad de ensoñación en este intempestivo Tiempo del sobrehombre.