Un año después de cometer el acto más salvaje de su vida, Domenico Clericuzio, capo de la última gran familia de la Mafia, toma una determinación: la generación de sus nietos vivirá ajena al mundo del crimen.
El Don controla negocios en Las Vegas y Hollywood que le permitirían legitimar su fortuna, pero hay una cuestión que no puede ignorar: lo único que los Clericuzio saben hacer bien es matar.