Bajo esta paráfrasis del libro de Louis-Ferdinad Céline asistimos al descenso a los infiernos de la represión franquista. Desde el bombardeo de Guernica, el exilio de más de 350.000 españoles y el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, hasta mediados de los sesenta, que es cuando acaba la novela, justo con la muerte del Innombrable, hilo conductor de la misma y contrapunto del relato central a través de un diario póstumo que descubre su hijo. Excepto ese diario primera persona, la novela está contada en omnisciente y se articula a través de experiencias sufridas por el propio Innombrable interrogatorios, torturas en las plazas de toros, alistamiento en la División Azul para escapar a Rusia, y retorno de su propio hermano, otro niño evacuado de la guerra. Los demás capítulos corresponden a personajes próximos con los que se va tropezando a lo largo de su vida: «topos» que viven debajo de una escalera, «maquis» que se han echado al monte, madres a las que les roban sus hijos recién nacidos, homosexuales «tratados» en Tefía (Fuerteventura), los últimos días de Miguel Hernández en la cárcel de Alicante, y pr