La música forma parte de nuestras vidas, nos identifica, despierta en nuestro subconsciente motivaciones y valores artísticos, emocionales y sociológicos que condicionan nuestras actuaciones. Sin embargo, la música no sólo implica esas obras con hojas de pentagramas, voces o bandas de instrumentos, la música forma parte del universo y tiene que ver con el ritmo de los elementos que lo componen, incluido el propio organismo humano. De la misma manera que nuestro cuerpo funciona a través de los movimientos rítmicos de cada una de sus partes, el empleo de la música para la coordinación corporal resulta de gran utilidad en las clases de Educación Física.