Nuevo poemario del poeta Manuel González (San Sebastián, 1971).
Días de abril brota con la cicatriz clavada en el folio, con el corazón de un bolígrafo en una servilleta. Unos dardos que apuntan al centro de la diana, unos poemas cortos en los cuales aprendemos que el dolor tiene costuras que se descosen, gestos deshilachados que, al unirse, componen la prenda divertida de la esperanza.
El libro de la sístole que se contrae para expulsar la tristeza bajo la sombra del verso. El libro de la diástole que se expande como unas pupilas al arrojarse, sin escudos, a la sonrisa.