Los problemas que surgen cotidianamente en la familia se resuelven mejor si los padres son una autoridad para sus hijos. Cuando estos reciben las pautas y los hábitos que les permiten relacionarse con los demás y desenvolverse en el mundo, les estarán agradecidos, les verán como referentes... Esos padres tendrán autoridad sobre sus hijos, dejarán una huella y liderarán una familia.