El regreso de la Guardia Carmesí no podría haber llegado en peor momento para un imperio agotado por la guerra y debilitado por traiciones y rivalidades. Marchan hacia el hirviente crisol de Quon Tali (el corazón del Imperio de Malaz), y con su retorno vuelve también el recuerdo de su juramento: oposición eterna al Imperio. Sin embargo, algunos miembros de la élite de la Guardia, los Juramentados, tienen ambiciones aún mayores.