Francis, Mr. Frankie, decide regresar al lugar donde vivió las primeras cosas, a su barrio. Se marchó de
	allí persiguiendo su particular sueño de rock'n'roll, que le llevó a acariciar con la punta de sus dedos una fama
	tóxica y efímera. Ahora Francis vuelve para dejar atrás la miseria y la drogadicción. Pero su viejo barrio son ruinas
	por donde aún deambulan su padre, su medio hermana, su primera novia y algún que otro amigo. Francis quiere empezar de
	nuevo y hacer las cosas bien. El problema son los atajos, las canciones de tres minutos, la imposibilidad de olvidar
	quién fue. Para Francis la línea recta es la distancia más retorcida entre dos puntos. De momento, sus facturas y sus
	noches no suele pagarlas él, pero esa situación no puede alargarse mucho más. Va a necesitar algo más que promesas para
	salir adelante. Eso sí, en una ocasión fue Johnny Thunders. Esta vibrante novela, traspasada por la poesía de los
	perdedores, retrata una Barcelona poblada de personajes que buscan desesperadamente una oportunidad que les permita ser
	alguien.